MADRID,
El Presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), y Obispo de Bilbao, Mons. Ricardo Blázquez Pérez, expresó que la Guerra Civil de los años 30 fue un periodo agitado y doloroso al cual se debe mirar "con el deseo de purificar la memoria, de corregir posibles fallos, de buscar la paz"; y no de reabrir heridas y buscar revanchismos.
En su discurso inaugural de la 90° Asamblea Plenaria de la CEE, el Prelado dijo que se desea "que se haga plena luz sobre nuestro pasado": conocer el origen del conflicto y sus consecuencias; pero a través de una "aproximación abierta, objetiva y científica" que evite "la pretensión de imponer a la sociedad entera una determinada perspectiva en la comprensión de la historia".
"La memoria colectiva no se puede fijar selectivamente; es posible que sobre los mismos acontecimientos existan apreciaciones diferentes, que se irán acercando si existe el deseo auténtico de comprender la realidad", explicó.
Por ello, Mons. Blázquez advirtió que el mirar al pasado no debe ser para reabrir heridas, atizar rencores y alimentar desavenencias; sino con el deseo de purificar la memoria, de corregir posibles fallos, de buscar la paz.
"Recordamos sin ira las etapas anteriores de nuestra historia, sin ánimo de revancha, sino con la disponibilidad de afirmar lo propio y de fomentar al mismo tiempo el respeto a lo diferente, ya que nadie tiene derecho a sofocar los legítimos sentimientos de otro ni a imponerle los propios. La búsqueda de la convivencia en la verdad, la justicia y la libertad debe guiar el ejercicio de la memoria", señaló.
Así, el Prelado puso el ejemplo de los 498 mártires, quienes "habiendo sido perdonados y queridos por Dios, ofrecen también el perdón". Afirmó que esta es la conducta que los llevó a la beatificación y que su elevación a los altares "no va contra nadie, a nadie se echa en cara su muerte, a nadie se acusa, a nadie se pide cuentas".