VATICANO,
Al dirigirse esta mañana en el Vaticano a los participantes en la 22° Conferencia Internacional del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, el Papa Benedicto XVI hizo un encendido llamado al respeto irrestricto de la vida y dignidad humana de los enfermos y ancianos que muchas veces son marginados por ser considerados un “peso” y un “problema” por la “mentalidad eficientista” de hoy.
El Santo Padre resaltó la actualidad del tema “La pastoral en la atención de los enfermos ancianos” debatido por la Conferencia, “que debido al aumento de la edad media, interesa a una población cada vez más numerosa, que tiene múltiples necesidades y, al mismo tiempo, indudables recursos humanos y espirituales”.
En su alocución, el Pontífice denunció que “la mentalidad eficientista de hoy tiende a menudo a marginar a estos nuestros hermanos y hermanas que sufren, como si fueran un ‘peso’ y ‘un problema’ para la sociedad”. Sin embargo, precisó, “el que tiene el sentido de la dignidad humana sabe que ellos deben ser respetados y sostenidos mientras afrontan serias dificultades ligadas a su estado”.
“Aún más, es justo que, cuando es necesario se acuda al empleo de cuidados paliativos, que si bien no logren curar pueden aliviar los sufrimientos que derivan de la enfermedad. Además, junto con los indispensables cuidados clínicos, hay que mostrar una concreta capacidad de amar, porque los enfermos necesitan comprensión, consuelo y constante aliento y acompañamiento”, dijo el Papa.
Juan Pablo II y el sufrimiento
Después de recordar que para los cristianos la muerte es el “tránsito hacia el abrazo del Padre celestial, lleno de ternura y de misericordia” y la importancia de la familia y de los Sacramentos para sostener a los ancianos, aún más cuando están enfermos, el Papa evocó el testimonio de Juan Pablo II.