CARACAS,
El Arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa Savino, denunció que "el gran problema" de la reforma constitucional que pretende aplicar el Presidente Hugo Chávez en Venezuela es que con ella "nada que no sea socialista tendría cabida en la vida del país".
En entrevista concedida a Televen, el Purpurado indicó que la reforma constitucional que se va a votar en referéndum este 2 de diciembre, "propone el paso de un 'Estado social de derecho y de justicia' a un 'Estado socialista'", es decir "hay un cambio estructural que significa que el socialismo sería la ideología única, y la única forma de la economía y la única forma de la política y la única forma de la cultura, de tal manera que nada que no sea socialista tendría cabida en la vida del país".
Tras recordar que " la Constitución es como un marco, como una camisa, como un molde más bien, dentro del cual tiene que realizarse toda la vida del país", el Cardenal Urosa explicó que la reforma constitucional acabaría entonces con "la libertad de conciencia, la libertad de opinión, la libertad de expresión, la libertad económica, porque precisamente una de las cosas a mí me sorprenden en el articulado de la Constitución es que el derecho al ejercicio de la actividad económica queda omitida, es decir, es mucho más lo que se omite que lo que se dice, pero lo que se omite es sumamente grave".
"De tal manera que el problema fundamental es que esta reforma va a una regresión en los derechos humanos de los venezolanos y por eso nosotros decimos que es inaceptable" porque "vemos que esto va a ser sumamente grave y que se va a crear una situación insostenible en el país en el caso de que esta reforma sea aprobada", dijo el Arzobispo.
El Cardenal precisó que en el tema de la reforma constitucional, los obispos venezolanos participan "no como actores políticos ni como actores partidistas, nosotros no estamos promoviendo ninguna parcialidad. Hay algo que es importante recordar, yo lo dije cuando tomé posesión de la Arquidiócesis de Caracas hace ya dos años, el 5 de noviembre de 2005, nosotros no tomamos partido, nosotros somos neutrales o imparciales en la cuestión partidista, pero no somos indiferentes ante los problemas del país, y a nosotros como obispos nos toca el decir una palabra desde la luz del Evangelio y desde la luz de la doctrina social de la Iglesia sobre el acontecer de la patria".
"La religión no puede desligarse de la vida del pueblo que es a lo que nosotros nos interesa", precisó.