MADRID,
El Obispo de Málaga, Mons. Antonio Dorado Soto, recordó la necesidad de recuperar el sentido del domingo, un día en el que “los fieles deben reunirse para, escuchando la Palabra de Dios y participando en la Eucaristía, recordar la pasión, resurrección y gloria del Señor Jesús, y dar gracias a Dios”.
El Prelado señaló que el Concilio Vaticano II “llama con razón día del Señor” al domingo, y lamentó que “en nuestra diócesis, las condiciones actuales de vida no facilitan vivir la centralidad del domingo”, que como tal “no debería limitarse a la celebración de la Santa Misa”, es necesario insistir en “la celebración participada y alegre de la Cena del Señor”.
“Es el día de la evocación adoradora y agradecida del primer día del mundo y a la vez la prefiguración, en la esperanza activa, del ‘último día’, cuando Cristo vendrá en su gloria y ‘hará un mundo nuevo’”, indicó.
Tras afirmar que “en nuestras comunidades surge con frecuencia la pregunta de cómo podemos dar un carácter más atractivo y atrayente a nuestras celebraciones litúrgicas”, el Mons. Dorado aseguró que “la respuesta no consiste en buscar elementos externos novedosos que capten la atención de los miembros de la comunidad” pues “aparte de que pierden muy pronto su novedad, no suelen conducir a vivir una experiencia honda de salvación”.
“Necesitamos un esfuerzo catequético que nos lleve a descubrir y a meditar el significado teológico de la Eucaristía, la riqueza de sus ritos y la certeza de que nos lleva a la comunión con Jesucristo resucitado”, manifestó el Obispo de Málaga.
Luego el Prelado señaló que “la legítima insistencia en el compromiso fraterno con los demás ha podido tener como consecuencia no buscaba, pero real, el olvido de que la celebración de la Eucaristía es la cumbre y la fuente de la evangelización”.