SYDNEY,
"No nos avergoncemos del Evangelio, no nos dejemos frenar por el miedo, los absurdos complejos de inferioridad frente a un mundo que siempre reniega de Dios. Seamos valientes ante él", alentó Mons. Stanislaw Rylko, Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos.
Así lo expresó el Prelado durante la Misa con la que concluyó la segunda jornada de trabajo del encuentro preparatorio para la JMJ Sydney 2008. Dirigiéndose a los más de 200 delegados de las pastorales juveniles de más de 100 países, Mons. Rylko explicó que "no avergonzarse del Evangelio quiere decir tener el valor de hablar de Dios a las personas que encontramos, pese a que vivan en medio de la indiferencia y la superficialidad".
"No tenemos nada más precioso que ofrecer a nuestros jóvenes que tienen sed de Dios", precisó.
Para el Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, "evangelizar no es fácil y no es solo cuestión del lenguaje que se use o de la comunicación, sino que se trata también de ser testimonios creíbles y coherentes".
"Cristo pone en evidencia el contraste entre la exterioridad de una persona y su vida interior. Quien quiere evangelizar a los jóvenes no puede limitarse a hacer de maestro sino que debe también preocuparse de ser un testimonio creíble para que los jóvenes enfrenten todas sus contradicciones. Ellos piden que continuamente estén en discusión", señaló.
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