VATICANO,
En tiempos difíciles y de profundos cambios, Pablo VI brindó un “precioso servicio” a la Iglesia y al mundo con sabiduría y valor evangélicos, guiando la barca de Pedro “con un realismo y un optimismo evangélicos” que se alimentaban de una “fe indómita”, destacó ayer Benedicto XVI al conmemorar los 110 años del nacimiento del Papa Montini.
Así lo señaló el Santo Padre en el Palacio Apostólico de Castelgandolofo tras asistir a un concierto de la Orquesta del Festival Internacional "Arturo Benedetti Michelangeli" de Brescia y Bérgamo (Italia) con motivo del natalicio del Pontífice que condujo la Iglesia entre 1962 y 1978.
"Esta tarde –dijo el Papa al final del concierto– la música nos ha brindado la ocasión para recordar a un Papa ilustre, Pablo VI, que brindó a la Iglesia y al mundo un servicio precioso en tiempos difíciles y en condiciones sociales caracterizadas por profundos cambios culturales y religiosos".
Benedicto XVI elogió la "sabiduría evangélica" con que su predecesor "guió a la Iglesia durante y después del Concilio Vaticano II". Pablo VI, resaltó, "supo advertir, con intuición profética, las esperanzas e inquietudes de la humanidad en aquella época" y "se esforzó por valorizar las experiencias positivas intentando iluminarlas con la luz de la verdad y del amor de Cristo".
"El amor que nutría por la humanidad y sus progresos no le impidió sin embargo subrayar las contradicciones y los peligros de un progreso científico y tecnológico desligado de un sólido anclaje a los valores éticos y espirituales", señaló.
Finalmente, explicó, "Pablo VI fue prudente y valeroso a la hora de guiar a la Iglesia con un realismo y un optimismo evangélicos, alimentados por una fe indómita. Auspició la llegada de la ‘civilización del amor’, convencido de que la caridad evangélica constituye el elemento indispensable para construir una auténtica fraternidad universal”.