RIO DE JANEIRO,
La pequeña Marcela de Jesús Galante Ferrerira sigue sorprendiendo al mundo. Cumplió diez meses de vida pese a que los médicos esperaban que muriera poco después de nacer. Ella padece anencefalia, una malformación congénita que supone la ausencia parcial o total del cerebro.
La niña se convirtió desde su nacimiento en símbolo del movimiento pro-vida, cuando en su país se debate regularizar el aborto en casos como el suyo.
Aunque los bebés con anencefalia suelen morir poco después de nacer y solo casos excepcionales llegan a los tres meses de vida, Marcela de Jesús ha roto un récord mundial con sus diez meses de vida.
La niña ya pesa 11,2 kilos, superando incluso el peso promedio de su edad. Desde abril vive en casa con sus padres, unos humildes campesinos de Ribeirao Preto, 413 kilómetros al norte de Sao Paulo.
Según su pediatra, Márcia Beani, a pesar de su condición congénita, la niña es muy activa, distingue a su madre y llora cuando no está en sus brazos. Aún recibe sus alimentos por sondas, pero en ocasiones recibe directamente sopas y puré.
La niña respira con ayuda de un casco de oxigeno, pero logra respirar por sus propios medios hasta por dos horas.