VIENA,
Con la presencia de más de 20 mil feligreses, el Papa Benedicto XVI presidió esta mañana la Santa Misa en la Catedral de San Esteban, en Viena, recordando que la celebración eucarística dominical debe ser para todos los cristianos una necesidad interior y no solo un precepto.
Los miles de presentes congregados no sólo en el templo, sino también bajo una persistente lluvia en la plaza y las calles adyacentes, escucharon al Santo Padre iniciar la homilía con el “Sine dominico non possumus”, recordando la respuesta de algunos cristianos del año 304 cuando fueron llevados al tribunal por celebrar la Eucaristía dominical.
El Pontífice explicó que “en la palabra dominico se entrelazan en modo inseparable dos significados, cuya unidad debemos aprender a percibir nuevamente. Está sobre todo el don del Señor, este don es Él mismo. No es solamente un contacto espiritual, interno, subjetivo: el encuentro con el Señor se inscribe en el tiempo a través de un día preciso. Da así a nuestro tiempo un centro, un orden interior. Para aquellos cristianos la Celebración eucarística dominical no era un precepto sino una necesidad interior”.
“Necesitamos este encuentro que nos reúne, que nos dona un espacio de libertad, que nos hace mirar más allá del activismo de la vida cotidiana hacia el amor creador de Dios, de quien venimos y hacia quien estamos en camino”, continuó explicando el Santo Padre.
Siguiendo con la reflexión sobre el sentido del Domingo, el Pontífice hizo notar que “en nuestras sociedades occidentales éste se ha convertido en un fin de semana, en un tiempo libre. El tiempo libre, especialmente con las prisas con que se vive es por supuesto una cosa necesaria, pero si ese tiempo no tiene un centro interior, del que salga una orientación, acaba por ser un tiempo perdido, que no nos refuerza ni nos cambia", denunció el Papa.
Refiriéndose después al Evangelio de hoy, el Santo Padre explicó que “Jesús no exige de todos lo mismo. Cada uno tiene su tarea personal y el tipo de secuela proyectada para él. En el Evangelio hodierno Jesús habla directamente sobre aquello que no es tarea de muchos, sino llamado particular a los Doce”.