VATICANO,
En la primera jornada durante su visita apostólica a Austria, el Papa Benedicto XVI rezó en silencio durante varios minutos frente al monumento conmemorativo de la Shoah en la Judenplatz (Plaza de los judíos), en Viena.
Concluida la ceremonia de oración frente a la Mariensäule, Columna de María, en la Plaza Am Hof, el Papa Benedicto XVI se desplazó a la cercana Judenplatz, donde se encuentra el Memorial que rinde homenaje a las víctimas del holocausto judío.
A su llegada, el Santo Padre recibió el saludo del Gran Rabino de Austria, Paul Chaim Eisenberg, y del presidente de la comunidad judía. Allí rezó en silencio, con las manos entrelazadas, durante varios minutos.
Horas antes, en el vuelo en avión que lo conduciría a Viena desde Roma, el Papa había declarado que con la visita al Memorial deseaba expresar “la tristeza, el arrepentimiento y la amistad con los amigos judíos para seguir adelante en el diálogo”.
El Memorial, obra realizada por Rachel Whiteread, fue construido al lado del lugar donde se hallaba la antigua sinagoga. Se trata de un cubo de cemento en forma de rectángulo que representa una biblioteca herméticamente sellada. Los títulos de los libros no están a la vista, sino al revés, contra la pared, por lo que se ven obligados a callar para siempre las historias de las vidas segadas por el nazismo. En los ladrillos del suelo alrededor del Memorial están grabados los nombres de las localidades donde perdieron la vida más de 65 mil judíos austriacos.
Terminado este acto, Benedicto XVI se trasladó a la Nunciatura Apostólica de Viena.