GUATEMALA,
En el documento dado a conocer este miércoles en el que critican duramente la política anti-vida de la Organización Mundial de la Salud, la Conferencia Episcopal de Guatemala denunció la existencia de una velada campaña abortista en el país, bajo la forma de "atención post aborto" promovida por el Ministerio de Salud pública.
En el documento, los obispos de Guatemala recuerdan que "nuestra Constitución protege la vida humana desde su concepción"; y señalan como un peligro la actual campaña del Ministerio de Salud Pública de atención post-aborto que incluye el entrenamiento de personal médico y paramédico en el uso de aspiradoras manuales al vacío para mujeres en situación de post aborto.
"El paso de la atención post aborto a la facilitación del aborto inducido mediante la aspiración al vacío, el cual lleva de 3 a 10 minutos de duración y puede realizarse de manera ambulatoria, se dará casi como una consecuencia, aunque no sea una política oficial, ya que estimula el uso de este método en forma clandestina en lugares fuera de la atención de los servicios de salud y que no cuentan con medidas mínimas de higiene y mucho menos de equipamiento necesario para resolver complicaciones que se presenten", denuncian los obispos.
"Además, el personal adiestrado, si carece de escrúpulos, podrá ofrecer este servicio especialmente a adolescentes causándose un gravísimo daño moral y físico", precisan.
Los obispos solicitan a las autoridades del Gobierno "estudiar a fondo las graves consecuencias que se presentan a raíz de la aplicación del programa de atención post-aborto. Estamos de acuerdo que se debe dar la mejor atención a la mujer que atraviese tal situación, pero no en que se promueva la realización de la aspiración uterina al vacío para luego colocar un dispositivo intrauterino como se promueve por las autoridades de salud".
"Instamos por ello a que los fondos o recursos destinados a estas actividades sean utilizados para la promoción de valores éticos y morales en la juventud, ya que estamos convencidos que se tiene que llegar a la raíz del problema invitándose a la juventud a vivir su vida cimentada en principios de castidad y abstinencia y no en la promoción de conductas sexuales irresponsables que lleven de mano políticas empresariales de consumo de anticonceptivos", dicen los obispos.