LA HABANA,
Líderes disidentes denunciaron que las condiciones inhumanas a las que son sometidos los presos políticos y de conciencia continúan en las cárceles cubanas y alertaron sobre la tendencia a confundir una baja en el número de condenados con una mejora de los derechos humanos.
“Existe una tendencia a confundir una baja en el número de presos políticos con una mejoría de la situación de los derechos humanos en Cuba”, pero “no es así”, advirtió Marta Beatriz Roque, líder de la disidente Asamblea para Promover la Sociedad Civil (APSC), durante la conferencia de prensa realizada en la residencia del jefe de Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, Michael Parmly.
Durante la conferencia se incluyeron testimonios de familiares de presos y ex presos políticos que recordaron los abusos a los que son sometidos los condenados por el Gobierno comunista. Enfermedades, falta de atención médica, violencia y trabas para las visitas son algunas de las situaciones que deben soportar los presidiarios por el hecho de expresar opiniones contrarias al régimen, indicaron.
En ese sentido, Pedro Larena, primo del disidente Manuel Acosta Larena, miembro del opositor “Movimiento Democracia” que apareció ahorcado en una dependencia policial el pasado 24 de junio, denunció la falta de respuesta del Presidente en funciones, Raúl Castro, a la carta en la que le pide se investigue la muerte de su familiar y que se quiere ocultar bajo la figura de “suicidio”.
Por su parte, Yaraí Reyes, esposa del preso político Normando Hernández, uno de los 75 condenados en la Primavera Negra de 2003, denunció la negativa de las autoridades de la prisión Kilo-7, en Camaguey, de darle “licencia extrapenal” por su crítico estado de salud, a pesar de que los médicos del penal han reconocido que el ambiente afecta la salud de su marido.
Asimismo, el opositor José Luis García Pérez (Antúnez), quien estuvo encarcelado 17 años, dijo que las condiciones en los presidios “son deplorables, el trato que reciben los presos es infrahumano y hay un sentimiento antipreso, pero no solamente de los militares sino también de los enfermeros y médicos”.