VATICANO,
En una enérgica respuesta a un editorial de la revista británica The Economist, Mons. Dominique Mamberti , responsable de la Relación con los Estados de la Secretaría de Estado del Vaticano, rechazó que la Iglesia Católica sea una mera organización no gubernamental (ONG).
The Economist, de conocida línea anticatólica, exigía que el Vaticano “renuncie a su estatus diplomático especial y se defina como lo que realmente es: la ONG más grande del mundo”.
El Vaticano, como estado que a la vez representa a la denominación religiosa más numerosa del mundo, posee el status especial de “Observador permanente” con derecho a voto en el seno de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
“Se trata de una invitación no aceptable”, explicó Mons. Mamberti, quien señaló que sin embargo, “no sorprende que alguien busque disminuir el eco de la voz de la Iglesia”; y señaló que “al desempeñar su papel internacional propio, la Santa Sede está siempre al servicio de la salvación integral del hombre, según el mandato recibido por Cristo”.
El Prelado destacó que “detrás de la invitación a reducirse a una ONG más allá de la incomprensión del estatus jurídico de la Santa Sede existe probablemente una visión reductiva de su misión que no es sectorial o ligada a intereses particulares”.
Mons. Mamberti explicó que la acción del Vaticano en el ámbito de la comunidad internacional es, muy a menudo, signo de contradicción porque “no deja de levantar la voz en defensa de la dignidad de cada persona y de la sacralidad de cada vida humana”; y por ello en no pocas ocasiones provoca conflicto que los diplomáticos papales defiendan valores como “la familia fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, la libertad religiosa, la justicia y la solidaridad”.