MÉXICO D.F.,
Al referirse a las críticas que algunos sectores hacen a la Iglesia por exigir una auténtica libertad religiosa, la Oficina de Prensa de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) reiteró que con este pedido no se buscan privilegios, sino colaborar para que México “siga adelante en el proceso democratizador que ha emprendido” para que todos puedan expresarse sin ser señalados por sus convicciones políticas o religiosas.
“La Iglesia Católica no busca privilegios, tampoco fueros. Es plural y por eso dentro de ella surgen diferentes voces que contribuyen a un mismo fin: la construcción del reino de verdad y de justicia que Cristo predicó y enseñó”, señaló a través de un comunicado e indicó que “exigir los derechos que por naturaleza tiene todo ser humano”, no significa que se quiere tener poder o quitar al Estado su carácter laico, ni imponer “la enseñanza de la religión católica en las escuelas ni ninguna otra prebenda”.
En ese sentido, lamentó que criticar a la Iglesia sea considerado por algunos sectores como un medio para lograr “prestancia en algunos círculos de opinión” y que, en cambio, hablar a su favor sea calificado como “una actitud ‘mocha’ o ‘beata’”. “Triste realidad la nuestra, porque no queremos superar el complejo de ‘enanismo’ en este y otros temas que requieren la concurrencia de todos para hacer de nuestro país un lugar donde el diálogo, el respeto, la inclusión y la solidaridad sean nuestra bandera”, expresó.
El texto de la Oficina de Prensa de la CEM advirtió que quienes “están anclados en el pasado, sólo ven en la Iglesia actitudes inquisidoras, búsqueda de poder y control”; viven en el error y muestran poco interés por conocer lo que “verdaderamente es la Iglesia: una Institución formada por hombres y mujeres que, siguiendo los presupuestos del amor cristiano, quieren hacer de este mundo una sociedad donde reine la justicia, el amor y la paz”.
“Como institución reconocemos que, por nuestra condición humana, se han cometido errores o se siguen cometiendo. En estos casos la crítica y la denuncia son bienvenidas para contribuir al desarrollo de las personas y de las mismas instituciones. Pero lo que no cabe es la difamación, la calumnia o el vituperio que, sin fundamento, busca destruir o desprestigiar a la Iglesia”, indicó.
siga adelante en el proceso democratizador que ha emprendido