MADRID,
La agencia AVAN recogió las historias de los cinco mártires nacidos en la Comunitat Valenciana que forman parte del grupo de 498 mártires españoles de la persecución religiosa de 1936 que serán beatificados el próximo 28 de octubre en Roma.
Según fuentes de la Comisión Diocesana para las Causas de los Santos, los futuros beatos valencianos son el sacerdote diocesano Ricardo Plà Espí, el agustino Enrique Serra Chorro y las religiosas dominicas Adelfa Soro Bo, María del Carmen Zaragoza Zaragoza y María Rosa Adrover Martí.
Las fuentes de AVAN informaron que Adelfa Soro Bo, nacida en localidad valenciana de Villanueva de Castellón en 1887, residía en el colegio Trafalgar de Barcelona regentada por la congregación de Dominicas de la Anunciata, a la que pertenecía cuando en julio de 1936 "fue apresada junto a otras cuatro religiosas, y tras un intenso interrogatorio, fueron arrojadas en una curva de la carretera de Vallvidiriera, donde fueron muertas a tiros".
Por su parte, María del Carmen Zaragoza Zaragoza residía junto a María Rosa Adrover Martí, naturales ambas de Villajoyosa (Alicante), en el convento que regentaban las Dominicas de Santa Catalina en la ciudad de Barcelona. "Cuando salían de Barcelona en tren fueron sorprendidas por milicianos que les obligaron a apearse y las asesinaron en la madrugada del día 7 al 8 de agosto de 1936 cuando contaban con 47 y 48 años de edad", añadieron las fuentes.
Ricardo Plá Espí nació en 1898 en la localidad valenciana de Agullent, estudió en el Seminario de la ciudad de Valencia y en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde se doctoró en filosofía, teología y derecho canónico. Más tarde, fue secretario particular del cardenal Reig Casanova en la diócesis Primada de Toledo, donde sufrió el martirio el 30 de julio de 1936.
Finalmente, el agustino Enrique Serra Chorro, natural de Alzira, residía en el convento que su orden religiosa regentaba en la localidad conquense de Uclés, donde ejercía su labor pastoral y de profesorado. El 27 de julio de 1936 fue detenido y conducido junto con otros religiosos y seglares hasta la localidad de Belinchón donde fue fusilado al anochecer.