VATICANO,
En una carta dirigida al Arzobispo de Burdeos y Presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, Cardenal Jean-Pierre Ricard, con motivo del primer centenario de la apertura del primer campamento de scouts, el Papa Benedicto XVI recordó la figura del fundador del escultismo católico, el P. Jacques Sevin, S.I. y destacó el valor y vigencia de la pedagogía que ofrece este movimiento.
El primer campamento de scouts se abrió el 1 de agosto de 1907 en la isla de Brownsea (Reino Unido). Posteriormente, tras la Primera Guerra Mundial, el sacerdote jesuita fundó el escultismo católico.
Al destacar que el ideal de ser constructores de la paz y las riquezas de los valores que caracterizan a los scouts, se reforzaron afianzándose en el Evangelio, el Pontífice señala en la misiva que el escultismo no es solo un lugar de crecimiento humano verdadero, sino también una propuesta cristiana y un impulso real para la maduración espiritual y moral, así como un auténtico camino de santidad, como alentaba, el P. Sevin.
“El sentido de responsabilidad que impulsa la pedagogía scout conduce a una vida en la caridad y al anhelo de ponerse al servicio del prójimo, a imagen de Cristo servidor", indica el Santo Padre, alentando a los miembros de este movimiento a permanecer en la “gracia que Cristo dona, en particular, por medio de los sacramentos de la Eucaristía y del perdón”.
Más adelante, Benedicto XVI expresa su alegría por la respuesta positiva de las instituciones Scouts ante el llamado que hiciera Juan Pablo II en 1997 exhortando a una mayor unidad en el escultismo católico, en el respeto de las sensibilidades de cada movimiento, en vistas de una mayor unidad en la misma Iglesia.
Finalmente, el Papa alienta a los movimientos Scouts de Francia, a los Scouts y Guías de Europa y a los Scouts y Guías unitarios de Francia a “perseverar en el camino emprendido, apoyándose los unos a los otros y colaborando entre ellos, para proponer a los chicos y chicas de hoy una pedagogía que forje en ellos una personalidad firme y fundada en Cristo, con el anhelo de vivir los elevados ideales de la fe y la solidaridad humana”.