VATICANO,
Al hablar este miércoles sobre la figura de San Cirilo de Jerusalén (315 - 387) durante la Audiencia General número 100 de su pontificado, el Papa Benedicto XVI señaló que la fe cristiana debe abarcar a todo el hombre: cuerpo, alma y espíritu.
El Pontífice inició la audiencia calificando a San Cirilo como un obispo “de gran cultura eclesiástica, centrada en el estudio de la Biblia” y recordó que el Padre de la Iglesia fue ordenado obispo en el 348 por Acacio, metropolitano de Cesarea de Palestina, partidario del arrianismo, con el cual el Santo se enfrentó poco después “no solo en el ámbito doctrinal, sino también en el jurisdiccional porque Cirilo reivindicaba la autonomía de su sede respecto a la metropolitana de Cesarea”.
San Cirilo fue exiliado tres veces y solamente en el año 378, tras la muerte del emperador Valente volvió a su sede, “restableciendo la unidad y la paz entre los fieles”. Del Santo se conservan veinticuatro catequesis, introducidas por una procatequesis de acogida.
“La catequesis era un momento importante, insertado en el contexto de la vida, en particular litúrgica, de la comunidad cristiana donde tenía lugar la gestación del futuro fiel, acompañada por la oración y el testimonio de los hermanos”, explicó el Santo Padre.
“No era una catequesis solo intelectual, sino un camino para aprender a vivir en la comunidad cristiana”, agregó.
En conjunto “las homilías de Cirilo constituyen una catequesis sistemática y realista sobre el renacimiento del cristiano mediante el Bautismo”, dijo también.