CARACAS,
Mons. Reinaldo del Prette Lissot pidió durante la emotiva homilía pronunciada al tomar posesión de la Arquidiócesis de Valencia este fin de semana, por el fin de la violencia contra los estudiantes venezolanos y la apertura de un diálogo amplio en el país.
En una emotiva homilía dirigida a Jesús ante una Catedral abarrotada de fieles, el nuevo Arzobispo recordó la lista de ilustres obispos que le habían precedido en el cargo que hoy asume, y se comprometió a "continuar la obra apostólica de una pléyade de insignes pastores que se han sucedido en la Sede de la Iglesia valenciana".
Siempre dirigiéndose a Jesús, Mons. Prette señaló que "los estudiantes universitarios que Tú conoces, Señor, muy bien, han querido debatir la idea de país que desean para su futuro… pero lamentablemente dichos debates han terminado en violencia".
"Esto -siguió el Prelado- nos manifiesta los altos niveles de confrontación e intolerancia a que hemos llegado los venezolanos en los últimos tiempos y bien sabemos que el diálogo que se contenta con solo respetar las ideas y pensamientos del otro no basta, es necesario tener la mente y el espíritu abiertos para sopesar los argumentos que sustentan las ideas, y si los argumentos del contrario tienen más peso, son más racionales que los míos, debo tener la suficiente humildad para acoger la idea del otro; solo así se progresa en la verdad; de lo contrario, es un diálogo de sordos".
El nuevo Arzobispo de Valencia rezó "por los estudiantes universitarios para que defiendan sus convicciones con argumentos de razón y sin violencia, propiciando siempre un clima de paz y entendimiento entre todos, y no olvidando nunca que todos somos hermanos".
Recogiendo el pensamiento del Papa Benedicto XVI, Mons. Del Prette advirtió luego de "los ataques que sufre la santidad del matrimonio y de la familia, llamando la atención de cómo se justifican algunos crímenes contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual. Del crecimiento del divorcio y de las uniones libres. De cómo se pone en entredicho el compromiso de los sacerdotes como entrega total a Dios en el celibato, y cómo se da preferencia a cuestiones ideológicas y políticas incluso partidarias, hasta llegar a lo que el Santo Padre considera debe ser nuestra máxima preocupación: la situación de muchos católicos que abandonan la vida eclesial y cuya causa la atribuye a una evangelización en la que Tú, Señor, y tu Iglesia no están en el centro de toda explicación".