VATICANO,
En un extenso discurso de enérgico respaldo y aliento, el Papa Benedicto XVI animó a los participantes en la 57 Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana, a seguir adelante con su firme presencia en el ámbito público.
El encuentro del Pontífice con la CEI se produce cuando fuerzas laicistas en el país han lanzado una campaña contra los obispos, y contra su Presidente en particular, Mons. Angelo Bagnasco, que busca negarles el derecho a expresarse públicamente en materias sociales, éticas y culturales.
“En Italia la fe es viva y está profundamente enraizada y que la Iglesia es una realidad de pueblo, muy cercana a las personas y a las familias”, dijo el Santo Padre; al señalar que “la fe católica y la presencia de la Iglesia siguen siendo el gran factor unificador de esta amada Nación y una preciosa reserva de energías morales para su futuro”.
El Pontífice se refirió luego a las “dificultades e insidias que pueden crecer con el paso del tiempo y de las generaciones”; y denunció enérgicamente “el peso de una cultura marcada por el relativismo moral, pobre de certezas y rica de reivindicaciones a menudo injustificadas”.
“También advertimos -continuó- la necesidad de un robustecimiento de la formación cristiana mediante una catequesis más sustanciosa, para la que el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica puede hacer un gran servicio”.
Benedicto XVI señaló que “también es necesario el compromiso constante por poner a Dios cada vez más en el centro de la vida y de nuestras comunidades, de modo que ocupe el primer lugar la oración, la amistad personal con Jesús, y por tanto, la llamada a la santidad”.