BAGDAD,
El Patriarca de la Antigua Iglesia Asiria del Este, Mar Addai II, pidió al Primer Ministro y al parlamento iraquí, poner fin a la trágica situación que viven los cristianos iraquíes debido a las constantes amenazas y agresiones que sufren.
“Quienes tienen cargos de responsabilidad deben poner fin a la persecución de los cristianos porque todos nosotros, musulmanes y cristianos formamos parte de una sola familia, somos hijos de la misma tierra”, manifestó el Patriarca.
“La violencia que arremete contra los cristianos en Irak, pero especialmente en Bagdad y Mosul, está contra el espíritu del Islam”, indicó Mar Addai, aunando su voz a las de los Patriarcas; Mar Emmanuel III Delly, de la Iglesia católica caldea; Mar Dinkha IV, de la iglesia ortodoxa asiria de oriente, y Mor Gregotios Yohanna Ibrahim, Iglesia católica siria.
“La acción de los grupos armados, está eliminando a los cristianos de Bagdad, distrito por distrito. Después de Dora, la escena de violencia se ha vuelto más feroz y ha llegado a los distritos occidentales de la capital, Al-Baya’a y Al-Thurat”, informó el sitio web Baghdadhope.
“A las noticias de amenazas y homicidios, y de la petición del pago de la tasa de protección, se añaden en estos días cosas peores. Los cristianos son obligados a dejar las propias casas sin llevar consigo nada y pagando en cambio una especie de ‘peaje de salida’ unos 200 dólares por persona y de 400 dólares por cada coche”, explica el sitio web.
En Dora, comenta Addai II, “podrán quedarse sólo las familias que acepten dar en matrimonio a una hija o una hermana a un musulmán, un proceso este que si se realiza llevaría a la progresiva conversión de todo el núcleo familiar al Islam. Las casas que no son ocupadas abusivamente son legalmente cedidas por los parientes de quien, secuestrado, será restituido a la familia sólo tras el registro del cambio de propiedad”, añadió.
“Dios nos ama y nos protege y por ello no debemos tener miedo, Él no nos dejará solos porque somos hijos de la esperanza y tras la oscuridad volverá el sol”, concluyó el Patriarca.
Esta violencia afecta a todos los iraquíes, pero contra los cristianos puede tener consecuencias más allá de la muerte, pues significaría la desaparición de una comunidad antigua que podría, y quisiera, contribuir al renacimiento de un Irak pacificado, se lee en Baghdadhope.