VATICANO,
El Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, hizo un llamado a todos los cristianos a salvaguardar el patrimonio humano y espiritual del cristianismo como algo “indispensable para el auténtico desarrollo de Europa”.
Esta invitación fue lanzada por el Purpurado en un mensaje que envió en nombre del Papa Benedicto XVI a los más de 250 movimientos y comunidades cristianas que el sábado, 12 de mayo, celebraron en la ciudad alemana de Stuttgart el Encuentro "Juntos por Europa 2007", una iniciativa ecuménica que subraya "la necesidad de reafirmar juntos la fidelidad al Evangelio, en una Europa que corre el riesgo de perder los valores originales y de renunciar a las propias raíces cristianas".
“El llamado a no perder nuestras raíces constituye una recurrente invitación a trabajar concretamente para que los creyentes en Cristo –de las diversas confesiones– aúnen sus esfuerzos al servicio de una causa tan actual. Se trata de defender un patrimonio humano y espiritual indispensable para el auténtico desarrollo de Europa", asegura el Secretario de Estado.
El deseo de Benedicto XVI, continúa el texto, es que este encuentro "refuerce el deseo de comunión que anima a movimientos y comunidades laicales de varias Iglesias, contribuya a disolver prejuicios, a superar nacionalismos y barreras históricas e impulse a comprometerse para que no desaparezca en la Europa de los tiempos post-modernos la dimensión espiritual".
En el mensaje, el Purpurado constata que “son muy actuales las palabras del venerado Papa Juan Pablo II: ‘Quisiera recordar –escribió en la exhortación apostólica post-sinodal Ecclesia in Europa– la pérdida de la memoria y de la herencia cristianas, unida a una especie de agnosticismo práctico y de indiferencia religiosa, por lo cual muchos europeos dan la impresión de vivir sin base espiritual y como herederos que han despilfarrado el patrimonio recibido a lo largo de la historia’".
"Se hace eco de esta consideración –continúa el Cardenal– el Papa Benedicto XVI, que desde el inicio de su pontificado no desaprovecha ocasión para recordar la importancia de salvaguardar el patrimonio cristiano, peculiar riqueza del Continente europeo".