SAO PAULO,
En un extenso discurso, el Papa Benedicto XVI presentó un elenco sistemático de los temas que deben estar en el centro de la preocupación pastoral de los obispos de Brasil y les pidió atender especialmente a las familias y los católicos alejados.
El Santo Padre señaló que actualmente “se ataca impunemente la santidad del matrimonio y de la familia, comenzando por hacer concesiones delante de presiones capaces de incidir negativamente sobre los procesos legislativos; se justifican algunos crímenes contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual; se atenta contra la dignidad del ser humano; se extiende la herida del divorcio y de las uniones libres”.
“Aún más: en el seno de la Iglesia, cuando el valor del compromiso sacerdotal es cuestionado como entrega total a Dios a través del celibato apostólico y como disponibilidad total para servir a las almas, dándose preferencia a las cuestiones ideológicas y políticas, incluso partidarias, la estructura de la consagración total a Dios empieza a perder su significado más profundo”, denunció Benedicto XVI.
Al referirse a los católicos que abandonan la vida eclesial, el Papa precisó que una de las razones de esta situación “pueda ser atribuida a la falta de una evangelización en la que Cristo y su Iglesia estén en el centro de toda explicación. Las personas más vulnerables al proselitismo agresivo de las sectas –que es motivo de justa preocupación– e incapaces de resistir a las embestidas del agnosticismo, del relativismo y del laicismo son generalmente
los bautizados no suficientemente evangelizados, fácilmente influenciables porque poseen una fe frágil y, a veces, confusa, vacilante e ingenua, aunque conserven una religiosidad innata”.
“Es necesario, por tanto, encaminar la actividad apostólica como una verdadera misión dentro del rebaño que constituye la Iglesia Católica en Brasil, promoviendo una evangelización metódica y capilar en vista de una adhesión personal y comunitaria a Cristo. se trata efectivamente de no ahorrar esfuerzos en la búsqueda de los católicos apartados y de aquellos que poco o nada conocen sobre Jesucristo, a través de una pastoral de la acogida que les ayude a sentir a la Iglesia como lugar privilegiado del encuentro con Dios y mediante un itinerario catequético permanente”, explicó.