SAO PAULO,
Sandra Grossi de Almeida, una mujer de 37 años, llegó a pensar que nunca daría a luz un hijo. Una malformación congénita conocida como útero bicorde, por la cual este órgano está dividido en dos partes, le había causado tres abortos espontáneos: sus bebés morían en el vientre al no poder crecer por falta de espacio.
Sandra protagonizó el milagro necesario para la canonización de Frei Galvao. Gracias a la intercesión del beato, dio a luz a Enzo, un niño saludable que nació en la semana 32 de gestación, algo imposible para la ciencia en casos como el suyo. La mujer cuenta las horas para asistir a la canonización del fraile, junto a su querido hijo, hoy un robusto niño de 12 años.
La historia
Sandra había perdido a tres bebés. Decidió adoptar a Isabela, quien ahora tiene 12 años, y casi al mismo tiempo quedó embarazada de su hijo, quien acaba de cumplir 8 años de edad.
Ante su cuarto embarazo, una amiga le sugirió rezar una novena a Frei Galvao. Para sorpresa de los médicos, el sangrado de los días iniciales cesó en la primera noche de oración.
Después de superar algunas dificultades en el cuarto mes de embarazo, el quinto presentó obstáculos más complicados. “El útero no aguantaría. Fue entonces que recurrí nuevamente a Frei Galvao”, recuerda.