DENVER,
El Arzobispo de Denver, Mons. Charles Chaput, abogó por una reforma migratoria integral y afirmó que "no se requiere valentía política para autorizar redadas de inmigrantes. Pero sí se requiere coraje político para buscar lograr un cambio real en las políticas de inmigración, basadas en la debilidad de aquellos que no tienen ni derecho, ni voz".
En una columna publicada recientemente en The Denver Post, el Prelado criticó el sistema migratorio estadounidense que es "seriamente incompetente" y necesita de "una dramática reparación". "Nuestra política de acción nacional incluye actualmente redadas forzadas tal como la que sucedió en Diciembre en Greeley, que fracasó en enfrentar las complejas fuerzas económicas y sociales que impulsan la inmigración", añadió.
En su artículo, el Arzobispo de Denver recordó que el país se beneficia de "una permanente subclase de seres humanos" que es empleada en la construcción, la agricultura y servicios de limpieza, y que pagan "miles de millones a nuestros sistemas fiscales y de seguridad social". Sin embargo, indicó, "muy frecuentemente no les ofrecemos la protección básica de la ley" y "cuando nos conviene, los culpamos de nuestras enfermedades sociales y, sí, realizamos redadas forzadas que los intimidan a ellos y a sus familias".
En ese sentido, afirmó que el Congreso "puede terminar con esta política actual y sus fallas humanitarias adoptando un paquete de reformas migratorias integrales" que proporcionen "un camino a la residencia permanente de los indocumentados que ya están acá y crear vías para que futuros trabajadores y sus familias puedan entrar legalmente".
Mons. Chaput precisó que "mantener la supremacía de la ley es un aspecto vital de la reforma" para Estados Unidos que también es "una nación fundada en el principio de la justicia". "Lograr la reforma migratoria restauraría la justicia a nuestro sistema inmigratorio y fortalecería, en vez de debilitar, la primacía de la ley", añadió.
El Prelado explicó que, dar a las personas la oportunidad de trabajar con las esperanza de lograr una residencia permanente, animaría a los inmigrantes a identificarse ante el Gobierno.