VALENCIA,
El Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García Gasco, denunció que "la defensa de los derechos humanos en nuestro planeta está siendo letalmente carcomida por el relativismo, por la arbitrariedad a la hora de reconocer los derechos humanos de los más débiles y desprotegidos".
En su carta semanal titulada "Fortalecer el verdadero humanismo", el Prelado recordó que Juan Pablo II "advirtió que en nuestro mundo se estaba produciendo una guerra de los fuertes contra los débiles: los primeros, sobreprotegidos por todo tipo de recursos e instrumentos; los segundos, privados de sus derechos más elementales, especialmente del derecho a la vida, por el abuso del poder de los primeros".
"Quienes, por ejemplo, dejan desprotegida la vida humana y prenatal, o quienes facilitan la aniquilación de la vida humana enferma o sufriente; o quienes huyen de la memoria de las víctimas de la violencia, de la guerra o del terrorismo; o quienes asumen como un simple dato estadístico aquellos que mueren por las hambrunas crónicas, por la tiranía de las adicciones o por la explotación de sus personas, ¿verdaderamente expresan un compromiso sincero y creíble con todo ser humano y su dignidad?", cuestionó el Arzobispo.
Tras destacar que la Iglesia "busca las verdaderas soluciones a los problemas del hombre en Cristo", Mons. García-Gasco recordó que aquella "invita a poner los ojos en su Maestro: su mensaje, sus ejemplos, la fuerza de sus sacramentos, particularmente de la presencia eucarística, suministra la fuerza espiritual y la clarividencia necesaria para servir con coherencia y eficacia a la dignidad de todos los seres humanos".
Luego de subrayar que Benedicto XVI señala que "el camino para el fortalecimiento del verdadero humanismo" es Cristo, el Prelado español precisó que "no se conseguirá defender la dignidad del ser humano sin favorecer un entorno social que promueva la alegría de vivir y el respeto por el valor inestimable de todo ser humano que viene a este mundo. En esto consiste la cultura del amor y de la vida, fundamento insustituible para el reconocimiento integral de los derechos humanos".
"El avance del conocimiento científico, el desarrollo tecnológico, el reconocimiento formal de los derechos humanos, la efectiva libertad religiosa y las formas democráticas de gobierno de los pueblos no son instrumentos válidos para cualquier fin, ni conceptos absolutos que no necesiten ser justificados. Al contrario, se trata de valiosísimos logros al servicio del único valor que verdaderamente sostiene todos los demás: la dignidad de cada ser humano, de cada varón y de cada mujer, sin restricción alguna", explicó.