VATICANO,
Al presidir esta mediodía el Regina Coeli, el rezo mariano que sustituye al Ángelus en el periodo de Pascua, el Papa Benedicto XVI alentó a los cristianos a no tener miedo de convertirse en mensajeros del anuncio de la resurrección del Señor Jesús “hasta los últimos confines del mundo”.
Después de presidir ayer por la mañana la Santa Misa de Pascua en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre se trasladó a su residencia de Castelgandolfo, donde pasará unos días de descanso hasta el próximo sábado.
Hoy, conocido como el Lunes del Ángel, el Pontífice dirigió el Regina Cæli con los fieles y peregrinos que se dieron cita frente al Palacio Apostólico de la localidad lacial ubicada a unos 20 kilómetros de Roma, y en conexión de audio y video con la Plaza de San Pedro.
Antes de la oración, el Obispo de Roma señaló que al “gran misterio” de la Resurrección “la liturgia dedica no solo un día, porque sería demasiado poco para expresar toda la felicidad que sentimos, sino cincuenta, es decir, el periodo pascual que finaliza con Pentecostés”.
Benedicto XVI resaltó el significado especial del Domingo de Pascua, que se extiende durante toda esta semana, hasta el próximo domingo, formando la Octava de Pascua.
La liturgia de hoy, continuó, nos lleva al sepulcro donde se apareció Jesús a las mujeres: “También a nosotros, hoy, como a estas mujeres que permanecieron junto a Jesús durante la Pasión, el Resucitado repite que no hay que tener miedo de convertirse en mensajeros del anuncio de su resurrección. No tiene nada que temer quien encuentra a Jesús resucitado, entregándose a Él dócilmente. Éste es el mensaje que los cristianos están llamados a difundir hasta los últimos confines del mundo”.