ESTAMBUL,
Turquía también vive la Semana Santa pero lo hace en un ambiente cuando menos peculiar, ya que en este país de mayoría musulmana las procesiones están prohibidas y las liturgias se celebran casi en familia debido a que la comunidad católica es muy reducida.
La Constitución turca reconoce los derechos a la libertad de culto y a la libertad de conciencia. Sin embargo, la comunidad católica no está considerada una minoría religiosa en Turquía, como lo pueden ser los cristianos ortodoxos o los judíos. Por tanto, carece de reconocimiento jurídico, lo que significa que tiene radicalmente prohibido el proselitismo religioso, esto es, cualquier tipo de publicidad, vestir hábitos religiosos por la calle o realizar procesiones.
"La libertad religiosa está contemplada en lo jurídico, pero en la práctica no se puede ejercer todo. No se puede hacer propaganda, actividades de tipo religioso fuera de las iglesias. Entonces, se hace todo en el recinto del centro, de las casas religiosas", señala en una entrevista a Europa Press el presidente de la Unión de Religiosos y Religiosas de Turquía, el franciscano mexicano Rubén Tierrablanca.
La de este año es la tercera Semana Santa que el sacerdote pasa en Turquía, concretamente en la Iglesia de Santa María, situada en la calle más comercial de Estambul, Istiklal. Esta iglesia franciscana tiene una larga historia a sus espaldas. "Se dice que hace cien años tenía alrededor de 12 mil almas como parroquia. Eso es mucho en un país musulmán", valora.
De hecho, según cifras del Vaticano, en Turquía hay actualmente unos 32 mil católicos, es decir, el 0,04 por ciento del total de la población. Los diferentes avatares por los que ha pasado Turquía a lo largo del último siglo, como la observación de un laicismo radical por parte de la República o la salida de decenas de miles de griegos a raíz de la guerra con Chipre en 1974, han diezmado la cifra de cristianos hasta límites aberrantes.
A día de hoy, los católicos están concentrados en un puñado de ciudades: Estambul (noroeste), Esmirna (centro-oeste), Iskenderun y Antioquía (en la provincia sureña de Hatay), y Mersin (también el sur). Allí es, por tanto, donde más se celebrará la Semana Santa.