BOGOTÁ,
El Secretariado de Pastoral Social de la Diócesis de Apartadó, denunció la muerte de doce niños indígenas a causa del hambre, problema que forma parte de una "grave crisis de salud pública" que data de 2003 en las poblaciones indígenas del Bajo Atrato, debido a la propagación de la tuberculosis.
Los niños fallecidos pertenecían a las comunidades de los Emberá Chami. Además, otros siete menores han sido hospitalizados por el mismo motivo.
"A esto se suma el grave estado de desnutrición aguda, parasitosis, diarrea crónica, deshidratación severa y alteraciones en la piel", expresó el Secretariado a través de un comunicado. Informó que estos casos se presentan especialmente entre los niños.
El texto señaló que la crisis se centra en las aldeas Mamey Dipurdu, Unión Chigorodó, Peñas Blancas y Barranco; así como en poblaciones de la zona rural de Ríosucio, a 600 kilómetros al noroeste de Bogotá.
Asimismo, denunció que en la zona "no se cuenta con el personal médico disponible para hacerles un seguimiento médico durante cinco meses".
La crisis, indicó, es una "alarmante situación que pone en riesgo la vida y permanencia de las comunidades indígenas y que también empieza a afectar a las comunidades negras vecinas".