ROMA,
Después de 14 siglos sin contar con un lugar de culto, la Iglesia Católica en Qatar, país mayoritariamente musulmán, tendrá un templo en la capital del país, Doha, que estará dedicado a la Virgen María en la advocación de Nuestra Señora del Rosario.
Los católicos en Qatar están colaborando económicamente para la construcción de la iglesia, muchos de los cuales son migrantes que han llegado al país en busca de trabajo.
Observando el avance de las obras está Mons. Paul Hinder, Vicario Apostólico de Arabia, quien también se encarga de velar por los fieles en Qatar, Emiratos Árabes, Bahrein, Omán, Yemen y Arabia Saudita, cuna del Islam.
"Es cierto que no es fácil ser obispo aquí. Pero al menos es bueno observar la vida de la Iglesia que está llena de vitalidad", dijo el Prelado quien también pidió se respete la libertad religiosa para los católicos, lo que traería muchos beneficios. "Mientras más satisfechos estén espiritualmente más podrán ayudar al desarrollo del país, es obvio", precisó.
Mons. Hinder también explicó que muchos de los cristianos inmigrantes a los que sirve son más activos durante el periodo que pasan en la península arábica por trabajo, que cuando están en sus respectivos país. La mayoría de ellos son filipinos, libaneses e indios.
"Tenemos que aceptar que son expatriados en todo el sentido de la palabra. Somos una iglesia puramente peregrina", señaló el Vicario Apostólico y añadió que "el desafío está especialmente en que somos una iglesia multicultural, multilingüe y multirracial compuesta por fieles de más o menos casi todo el mundo".