VATICANO,
El Papa Benedicto XVI pidió hoy favorecer un “diálogo exigente y profundo” entre culturas y religiones, “no para nivelarlas en un sincretismo empobrecedor sino para permitirles desarrollarse en el respeto recíproco y cooperar con los carismas propios al bien común”. Según el Pontífice esta perspectiva es capaz de conducir a la paz y el desarrollo duraderos.
Al recibir esta mañana en el Vaticano las cartas credenciales de Tetiana Izhevska, nueva embajadora de Ucrania ante la Santa Sede, el Santo Padre recordó que este país siempre “tuvo una vocación de puerta entre Oriente y Occidente debido a su situación geográfica” y aplaudió que en los últimos años haya intensificado “una política de apertura y colaboración con otros países del continente". Ello contribuye, señaló, a "devolver a Europa su dimensión verdadera, asegurando las condiciones de un intercambio fructuoso entre los pulmones culturales que forjaron su historia".
"Estoy seguro de que la nación ucraniana, profundamente impregnada por el Evangelio en su vida, en su cultura y en sus instituciones -observó- se preocupará por aportar a las otras naciones el dinamismo de su identidad, preservando sus características originales.
Así, el Pontífice resaltó que es importante “en nuestro mundo cada vez más dominado por la globalización, favorecer un diálogo exigente y profundo entre las culturas y las religiones, no para nivelarlas en un sincretismo empobrecedor sino para permitirles desarrollarse en el respeto recíproco y cooperar con los carismas propios al bien común. Esta perspectiva permitirá reducir las focos, siempre posibles, de tensión y de enfrentamiento entre los grupos o las naciones, garantizando a todos las condiciones de una paz y de un desarrollo duraderos".
En su discurso, el Obispo de Roma destacó "el buen estado de las relaciones entre las autoridades públicas y las Iglesias y comunidades eclesiásticas que viven en Ucrania", donde "los creyentes gozan de la libertad religiosa” y "según una justa distinción de las responsabilidades propias de la esfera religiosa y de la civil, el Estado reconoce los diferentes cultos”.
Asimimismo, el Papa habló de la comunidad católica, tanto de rito bizantino como latino, que vive en Ucrania, y "se preocupa del diálogo permanente entre ambas tradiciones, la oriental y la occidental".