ROMA,
El Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) emitió un comunicado en el que recalcó que "solo la familia abierta a la vida" fundada sobre el matrimonio de un hombre y una mujer "puede ser considerada como verdadera célula de la sociedad porque garantiza la continuidad de las generaciones", ante el proyecto de ley que busca legalizar las uniones de hecho, entre las que se encuentran las uniones homosexuales.
Luego de recordar que la Constitución italiana también protege a la familia, los obispos aseguraron que "solo la familia abierta a la vida puede ser considerada como verdadera célula de la sociedad porque garantiza la continuidad de las generaciones. Por tal razón se da el interés de la sociedad y del Estado para que la familia sea sólida y crezca de la manera más equilibrada posible".
Asimismo denunciaron que "la legalización de las uniones de hecho" en la que están incluidas las uniones homosexuales es "inaceptable en el plano de los principios" y "peligrosa para el plano social y educativo".
En el comunicado con fecha 28 de marzo, tras recordar que legalizar las uniones homosexuales causaría un grave daño para la familia, los obispos explicaron que "el derecho no existe para darle forma jurídica a cualquier tipo de convivencia o para darles reconocimiento ideológico: tiene en realidad la función de garantizar las respuestas públicas a las exigencias sociales que van más allá de la dimensión privada de la existencia".
"Somos conscientes -prosiguieron- de la existencia de situaciones concretas en las que pueden ser útiles las garantías y tutelas jurídicas para la persona que convive. A esta atención, no estamos, por principio, opuestos. Sin embargo, estamos convencidos que este objetivo puede ser perseguido en el ámbito de los derechos individuales, sin generar una nueva figura jurídica que podría convertirse en una alternativa al matrimonio o la familia y podría generar más daños".
Después de precisar que "la Iglesia tiene siempre a la familia como corazón y la sostiene, razón por la cual pide a los legisladores promoverla y defenderla", los obispos italianos señalaron que "no tenemos intereses políticos al afirmar esto, solo descubrimos el deber de dar nuestra contribución al bien común, solicitado por tantos ciudadanos que nos buscan". "Estamos convencidos juntos con muchísimos otros, incluso no creyentes, del valor de la familia para el crecimiento de las personas y la sociedad entera", añadieron.