SAO PAULO,
Unas cinco mil personas entre católicos y evangélicos se reunieron en el centro de Sao Paulo para exigir el respeto de la vida desde la concepción y rechazar el aborto de bebés con anencefalia, una malformación congénita grave que supone la ausencia parcial o total de cerebro, causando la pronta muerte del bebé.
Mientras se espera la decisión final del Supremo Tribunal Federal sobre la reglas para que los jueces otorguen a las madres los permisos para el aborto de anencefálicos, los manifestantes pidieron que los magistrados consideren el caso de Marcela de Jesús Galante Ferreira, una bebé que nació con anencefalia y ya superó los cuatros meses de vida.
Los manifestantes se concentraron en la Plaza de Sé, frente a la catedral de Sao Paulo.
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