LIMA,
El Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani, aclaró que tiene la "obligación moral de cumplir con el legado" del intelectual peruano José de la Riva Agüero, quien cedió en su testamento el terreno donde funciona la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y pidió la conformación de una Junta de Administración a perpetuidad e insustituible que velara por esta herencia.
Algunas versiones periodísticas informaron que el Arzobispado de Lima pretendía intervenir en la administración de los bienes de la PUCP. En un comunicado, el representante del Arzobispado, Walter Muñoz, explicó que la PUCP desconoce la existencia de la Junta de Administración de dicho patrimonio.
La Junta de Administración funcionó durante 50 años velando por la buena administración de la citada herencia, pero en 1994 sus integrantes Salomón Lerner, entonces rector de la PUCP, y Carlos Valderrama, nombrado por el entonces Arzobispo de Lima, "convinieron en que la intención de Riva Agüero los conducía a acordar que la Universidad debería ser quien administrara sus bienes, y que la junta sólo administraría las mandas testamentarias".
Según Muñoz, ambos habrían modificado la voluntad de Riva Agüero y Osma, interpretándola a su manera y desconociendo la participación de la junta en las sesiones anuales, lo que va en contra de lo que fue el deseo del intelectual.
El Cardenal Cipriani, Gran Canciller de la PUCP, explicó durante su programa radial sabatino Diálogo de Fe que "no se pretende limitar la autonomía universitaria, ni la propiedad del patrimonio de la Universidad Católica. Es un deber de justicia y una obligación moral cumplir con el legado de Riva Agüero, que establece una Junta de Administración a perpetuidad e insustituible".
"La Junta de Administración debe ser informada, como se hizo a cabalidad durante cincuenta años, sin atropello a la autonomía de la universidad, y sin apropiación del patrimonio. En resumen, es cumplir la voluntad del legado de José de la Riva Agüero", indicó el Purpurado.