MADRID,
En el mismo boletín informativo que intenta justificar la postura favorable de la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza (FERE) a la asignatura de “Educación para la ciudadanía” del Ejecutivo socialista, la agencia de noticias de los religiosos españoles reprodujo este viernes pasado declaraciones del polémico moralista P. Marciano Vidal en las que afirma que el final del pontificado de Juan Pablo II se caracterizó por una “situación sostenida de dureza moral”.
En una de las notas titulada “Escuelas Católicas denuncia una campaña de presión para aceptar la objeción de conciencia a Educación para la ciudadanía”, la Agencia de Noticias de Vida Religiosa (IVICON) informa que el Secretario General de FERE y de los Centros Católicos y de la Confederación de Centros Educación y Gestión (CECA y EyG), el salesiano Manuel de Castro, “ha señalado esta mañana que, en los centros a los que estas organizaciones representan, ‘no entendemos la objeción de conciencia’ a la asignatura de Educación para la Ciudadanía”.
Sobre la postura de los religiosos respecto a la nueva ley educativa, De Castro aclara que se ha “defendido siempre la educación en valores en nuestros centros, pero nunca hemos defendido la existencia de esta asignatura y, de hecho, en el Consejo Escolar del Estado votamos en contra, pues existe el riesgo de una intromisión inaceptable” del Estado.
Una vez aprobada la polémica asignatura de la nueva Ley Orgánica de Educación (LOE), continúa Manuel de Castro, los religiosos habían “negociado para conseguir que los contenidos fueran compartidos” por una amplia mayoría. “Y, aunque no están totalmente satisfechos –continúa la agencia–, “sí les parece ‘aceptable’ el currículo publicado”.
“Hablando sobre la controvertida asignatura y la objeción de conciencia ante la misma defendida por algunos sectores, –señala IVICON– de Castro ha denunciado la campaña de presión que están soportando Escuelas Católicas y sus centros afiliados para cambiar de postura. Esta campaña se traduce, según ha explicado, en envíos de correos electrónicos por parte de los defensores de la objeción de conciencia”.
La “dureza moral” de Juan Pablo II