VATICANO,
Durante el encuentro que sostuvo el jueves con los párrocos de Roma, el Papa Benedicto XVI alentó a los sacerdotes, entre otras iniciativas, a acoger la presencia de los nuevos carismas y movimientos en la Iglesia.
Respondiendo a preguntas planteadas por los párrocos, y cuyas respuestas fueron dadas a conocer hoy más extensamente por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Pontífice señaló que los nuevos movimientos eclesiales hacen necesario un diálogo en todos los niveles; “pero no hay que apagar los carismas”, señaló.
“Si el Señor nos concede nuevos dones, tenemos que agradecérselo aunque sean incómodos. Es bonito que nazcan sin una iniciativa de la jerarquía. Nacen de una iniciativa ‘desde abajo’ -como se dice- pero en realidad, el nacimiento de nuevas formas de vida de la Iglesia, como ha sucedido en todos los siglos, también responde a una iniciativa que viene ‘de arriba’, es decir, de los dones del Espíritu Santo”, explicó el Santo Padre.
Durante el diálogo, Benedicto XVI recordó también la naturaleza espiritual de la Iglesia, afirmando que “la Iglesia, si bien sea un cuerpo, es el cuerpo de Cristo, por lo tanto un cuerpo espiritual, como dice San Pablo. La Iglesia no es una organización internacional, no es un cuerpo administrativo, ni de poder. Tampoco es una agencia social, aunque desempeñe una labor social, sino un cuerpo espiritual”.
Refiriéndose después al equilibrio necesario para vivir la dimensión espiritual y pastoral, comentó que “los evangelios nos dicen: "Trabajaba de día, por la noche estaba en la montaña con el Padre y rezaba”.
“Tengo que confesaros una debilidad; por la noche no puedo rezar, me gustaría dormir”, dijo el Papa, suscitando la risa de los sacerdotes presentes; “pero en serio, hay que dejar tiempo libre para el Señor”, subrayó.