CARACAS,
El Consejo Nacional de Laicos de Venezuela (CNLV) destacó que “el proyecto político para gobernar el país debe estar ajeno tanto al capitalismo salvaje como a la ideología marxista-leninista, a fin de garantizar el respeto a la dignidad y la libertad de la persona humana”, en un comunicado emitido al finalizar su Asamblea Ordinaria que se realizó en esta capital del 26 al 28 de enero.
En el comunicado fechado el 7 de febrero y dado a conocer el pasado 12, el CNLV expresó su total rechazo a “la concentración de poderes en el Presidente de la República y los poderes especiales que otorga la Ley Habilitante, ya que excluye la opinión y participación de los Poderes establecidos en nuestra Constitución y las del soberano pueblo de Venezuela”.
A continuación, los laicos venezolanos exigieron que la reforma constitucional se haga correctamente y solicitaron al Estado salvaguardar a la persona “como valor absoluto cuya dignidad no se puede menoscabar”, a la “libertad de educación, reconociendo a la familia como responsable fundamental de la educación de sus hijos, superando toda imposición ideológica” y a la sociedad “como protagonista de la construcción del país”.
Tras destacar “ante todo el total respaldo a nuestros obispos en su Exhortación Pastoral ‘Tiempo de diálogo para construir juntos’”, el CNLV rechazó “todo tipo de ataque a la Iglesia, a sus Pastores, y a la religión, así como la manipulación del Evangelio e incluso de la misma persona de Cristo”.
Seguidamente reafirmó la centralidad de la familia, por ser ésta “la primera y fundamental escuela” de que deben ser defendidos “los derechos y deberes de los padres en la educación de sus hijos, el derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad, a la justicia social y a la igualdad, sin discriminación ni subordinación alguna, incluyendo a los niños y adolescentes como sujetos de pleno derecho en las decisiones y acciones que le conciernan”.
El CNLV exigió el “firmemente el respeto al derecho de las personas a la expresión libre de pensamiento, ideas y opiniones y más aún, por la dimensión trascendente de todo ser humano, proclamamos el derecho a la libertad de religión y culto, a la manifestación pública de las creencias religiosas y a la enseñanza de la religión en los centros educativos”.