NUEVA YORK,
El Nuncio Apostólico ante las Naciones Unidas, Mons. Celestino Migliore, afirmó hoy que “si el trabajo es una parte esencial de la vocación humana, solo el trabajo decente puede servir para la promoción de la dignidad humana y el logro del desarrollo social”.
Así lo expresó el Arzobispo ante este organismo que celebra su 45° sesión para el Desarrollo Social sobre la promoción del empleo decente para todos. En su discurso, Mons. Migliore precisó también que “los padres que trabajan, hombres y mujeres, deben ser asistidos, si es necesario incluso con leyes, para que puedan aportar su única e irremplazable contribución a los hijos en la etapa de crecimiento, al evidente beneficio de toda la sociedad”.
El Prelado dijo también que “es también importante que los hombres y mujeres con familia reciban un sueldo adecuado que permita cubrir las necesidades familiares, especialmente las relacionadas a las responsabilidades que tienen para con sus hijos”. “Un sueldo justo también supone la eliminación de la necesidad, algunas veces forzada por la extrema pobreza, de tener que hacer a los hijos trabajar, en detrimento de su educación, su niñez y su crecimiento como adultos saludables”, agregó.
“Más allá de toda consideración, la explotación infantil es un asunto moral: es una violación de la dignidad a la que toda persona, sin importar lo pequeña o poco importante que pueda parecer, tiene derecho”, advirtió el Prelado.
Después de denunciar el “escándalo de la extrema pobreza” y la necesidad que tienen los estados de evitarla dando trabajo decente a todos para lograr el desarrollo social, el Nuncio expresó que los gobiernos deben encontrar maneras de “alentar a la gente mayor a continuar en el mercado laboral”. “Los trabajadores jóvenes también deben ser educados para apreciar, trabajar y respetar el talento y la experiencia que solo los mayores pueden llevar al trabajo”, añadió.
El Arzobispo también denunció la discriminación que la mujer enfrenta en el mundo laboral. “La igualdad debe ser entendida a través del pago igualitario por el mismo trabajo, protección para las madres trabajadoras y justicia en el avance en un trabajo”, precisó el Observador Permanente de la Santa Sede.