CARACAS,
En un duro artículo editorial, el Arzobispo Ovidio Pérez Morales, una de las más respetadas figuras eclesiales en Venezuela, denunció el rumbo hacia el totalitarismo que está tomando el actual gobierno.
Mons. Pérez Morales, Arzobispo Emérito de Los Teques, comienza su artículo recordando la definición del Papa Juan Pablo II del totalitarismo: "destruye la libertad fundamental del hombre y viola sus derechos. Manipulando la opinión pública con el martilleo incesante de la propaganda, empuja a ceder fácilmente al recurso a la violencia y a las armas y acaba por aniquilar el sentido de responsabilidad del ser humano".
"Esto fue lo que sucedió en Europa", señala el Prelado venezolano. "Resultó fácil a los líderes conducir a las ‘masas’ al conflicto bélico. Se montaron mitos, se estableció la persecución religiosa y la discriminación política, el aplastamiento legal y policiaco de las libertades, así como el condicionamiento psicológico mediante el monopolio comunicacional. La energía moral se debilitó".
"Lo que se arguya de apoyo popular y de victorias electorales para justificar actuaciones -advierte en el editorial-, tiene que ser objeto de discernimiento. Porque Hitler pudo ufanarse de aquéllos. Y la legalidad se puso a la orden de su ‘nuevo orden’. Por eso ‘legal’ no equivale sin más a ‘legítimo’ y ‘moral’. Por lo demás, lo de abrumadoras mayorías electorales es característico en los sistemas totalitarios ya establecidos".
El Arzobispo recuerda que Juan Pablo II identificó la raíz del totalitarismo "en la negación de la dignidad trascendente de la persona humana, imagen visible de Dios invisible y, precisamente por esto, sujeto natural de derechos que nadie puede violar: ni el individuo, el grupo, la clase social, ni la nación ni el Estado".
"Por eso cuando, bajo el lema del ‘Socialismo del Siglo XXI’, se promocionan encomiásticamente ‘pensamiento único’, ‘partido único’, ‘hegemonía comunicacional’, ‘educación socialista’, se hacen ‘listas- apartheid’ y se promueve la partición maniquea de los ciudadanos en ‘buenos’ (revolucionarios, patriotas, socialistas) y ‘malos’ (contrarrevolucionarios, antipatriotas, capitalistas), se va por un camino perverso, de anticultura de muerte. Siembra de vientos maléficos. Involución histórica. Reviviscencia del totalitarismo (esta vez comunista)", señalada el Prelado.