VATICANO,
En la extensa carta dirigida a los jóvenes del mundo con ocasión de la XXII Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en todas las diócesis el próximo Domingo de Ramos, 1 de abril, el Papa Benedicto XVI propuso a los jóvenes tres ámbitos donde es necesaria su presencia y su testimonio de amor.
En la carta, el Pontífice señala “tres ámbitos de la vida cotidiana donde vosotros, queridos jóvenes, estáis llamados en modo particular a manifestar el amor de Dios”.
“El primer ámbito es la Iglesia que es nuestra familia espiritual”, dice el Papa; al llamar a los jóvenes a alimentar, “con vuestro entusiasmo y vuestra caridad, las actividades de las parroquias, de las comunidades, de los movimientos eclesiales y de los grupos juveniles a los que pertenecéis. Sed solícitos en buscar el bien de los demás, fieles a los compromisos tomados. No dudéis en renunciar con alegría a algunas de vuestras diversiones, aceptad de buena gana los sacrificios necesarios, dad testimonio de vuestro amor fiel por Cristo anunciando su Evangelio especialmente entre vuestros coetáneos”.
Noviazgo y vocación
"El segundo ámbito es vuestra preparación al futuro que os espera. Si sois novios, Dios tiene un proyecto de amor para vuestro futuro matrimonio y familia y por eso es esencial que lo descubráis con la ayuda de la Iglesia, libres del prejuicio según el cual el cristianismo, con sus mandamientos y sus prohibiciones, obstaculiza la alegría del amor e impide en particular disfrutar plenamente de aquella felicidad que el hombre y la mujer buscan en su recíproco amor”.
“El período del noviazgo, fundamental para construir el matrimonio, es un tiempo de espera y de preparación, que hay que vivir en la castidad de los gestos y de las palabras. Esto permite madurar en el amor, en el cuidado y en la atención para con el otro; ayuda a ejercitar el autodominio, a desarrollar el respeto del otro, características del verdadero amor que no busca en primer lugar la propia satisfacción ni el propio bienestar. En la oración común pedid al Señor que cuide y acreciente vuestro amor y lo purifique de todo egoísmo”, señala el Papa.