ASUNCIÓN,
El Vaticano, a través de la Congregación para los Obispos, suspendió “a divinis” al Obispo Emérito de San Pedro, Mons. Fernando Lugo, luego que anunciara su decisión de postular a la presidencia de Paraguay en el año 2008.
La Nunciatura Apostólica difundió el decreto firmado por el Prefecto de la Congregación, Cardenal Giovanni Battista Re, según el cual Lugo "permanece en el estado clerical y continúa estando obligado a los deberes a él inherentes, aunque suspendido en el ministerio sagrado".
Asimismo, la misiva recuerda a Lugo que "el episcopado es un servicio aceptado libremente para siempre" y aclara que en su caso no se aplica la excepción prevista en un canon del Código de Derecho Canónico para poder asumir directamente el trabajo político.
"La excepción a la prohibición prevista en ese canon no es aplicable en su caso: Paraguay de hecho es una nación libre y democrática y la Iglesia –cuyos derechos se respetan– está representada por un laicado comprometido", explica el Cardenal Re.
En este sentido, argumenta que “la candidatura de un obispo sería motivo de confusión y de división entre los fieles, una ofensa al laicado y una 'clericalización' de la misión específica de los laicos y de la misma vida política”.
"La Santa Sede por lo tanto no ve la existencia de una justa y razonable causa, exigida en el canon 90 para conceder la dispensa que usted solicita", sostiene.