VATICANO,
Ni Europa ni el mundo que se proclama “moderno” deben temer a los símbolos cristianos, especialmente los Nacimientos, dijo el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado del Vaticano, durante su visita ayer al Nacimiento que todo los años exhiben los barrenderos romanos.
“Nadie debe tener miedo al Belén, que es un signo de fraternidad, intimidad y amistad que no hace daño a nadie”, dijo el Cardenal Bertone, al recordar que esta Navidad, “alguno ha tenido miedo de los belenes y parecía como que no los quisieran en las escuelas, en las ciudades y en los lugares públicos”.
El Nacimiento, explicó el Purpurado, “es un recuerdo para quien cree y para quien no cree, una invitación a una intimidad de las familias y también a una relación positiva con Dios”.
Creado en 1972 por un joven trabajador de limpieza de Roma, el “Nacimiento de los Barrenderos” es el más conocido de la Ciudad Eterna. Su objetivo es reconstruir, hasta en el más mínimo detalle, la Palestina de hace dos mil años en la que nació Jesús. Cuenta con 95 casas en miniatura y más de doscientos personajes.
El primer Papa en visitarlo fue Pablo VI en 1974. Pero fue Juan Pablo II quien más contribuyó a dar a conocer el lugar con su asidua presencia todas las navidades desde el inicio de su pontificado hasta 2002, cuando por problemas de salud se restringieron sus salidas del Vaticano. Benedicto XVI lo visitó el pasado año, y en esta Navidad recibió a sus promotores en una audiencia privada. También lo han visitado todos los alcaldes de Roma y hasta la Madre Teresa de Calcuta.
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