ROMA,
La Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) recorre África. Se ha desplazado desde Senegal hasta Tanzania, junto con un gran ícono de la Virgen María, para alentar a los jóvenes católicos a responder al llamado del Señor.
En su paso por Togo, el Arzobispo de Lomé, Mons. Philippe Kpodzro, destacó que los jóvenes de ese país esperan de esta peregrinación que "Cristo eche raíces en nuestros corazones, nuestra cultura, nuestras tradiciones y nuestra sociedad, para que todos los habitantes de nuestro país entendamos que todos somos hermanos y vivamos en armonía".
Para los jóvenes de Burkina Faso, una de las principales actividades en las que la cruz de las JMJ estuvo presente fue la Tercera Jornada Nacional de la Juventud entre el 4 y 6 de agosto del año pasado, en donde miles de fieles de ese país y Costa del Marfil, Mali, Niger y Togo reflexionaron sobre el tema "Jóvenes africanos, constructores de la paz".
El 8 de agosto la Cruz llegó a Camerún y se quedó hasta el 28 de ese mes. Fueron miles los jóvenes que esperaron su llegada en el aeropuerto de Douala, pese a la torrencial lluvia que caía ese día. A fin de ese mes, la Cruz fue trasladada a Gabón, en donde los reclusos de la cárcel de Libreville también pudieron rendirle honores.
En septiembre, el siguiente destino de la Cruz de las JMJ fue el Congo y casi un mes después, el 13 de octubre, arribó a Burundi, en donde se realizó una ceremonia a la que asistieron las más altas autoridades del país. En dicha ocasión, el Obispo de Bujumbura, Mons. Evariste Ngoyagoye, pidió perdón a Dios por todo el mal que se ha visto en el país. Este gesto abrió paso a otros eventos en donde fieles de distintas confesiones cristianas acompañaron a los católicos a alabar al Señor.
Tres semanas transcurrió luego la Cruz de las JMJ en Ruanda. Allí presidió una procesión por todas las víctimas del genocidio en Kiziguru y estuvo presente durante el Foro Nacional de la Juventud realizado del 22 al 26 de noviembre.