SAO PAULO,
Contra todo pronóstico, la pequeña Marcela de Jesús Galante Ferreira cumplió 50 días de vida. La niña nació el 20 de noviembre con anencefalia, una malformación congénita que supone la ausencia de todo o parte del cerebro, e implica la muerte de la persona a las pocas horas de nacer.
La bebé, que se ha convertido en un símbolo de la lucha pro-vida en Brasil, se mantiene estable y desde el 22 de diciembre no presenta complicación médica alguna. Ese día superó un paro cardiaco.
Marcela respira con la ayuda de una máquina de oxígeno, pasa periodos de hasta 10 minutos en el regazo de su madre, la agricultora Cacilda Galante, y es alimentada con leche por sonda.
La longevidad de la niña es todo un récord entre los bebés con anencefalia en Brasil, donde hace cinco años en Goiás, otro bebé con la misma malformación vivió tres meses.
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