VATICANO,
De manera inusual, el Papa Benedicto XVI decidió enviar un mensaje especial a los católicos del Medio Oriente, en el que los anima a mantener la esperanza y a ser constructores, mediante el testimonio fiel y el diálogo interreligioso, de la paz y el desarrollo de la región.
“Me dirijo con afecto a las comunidades que se sienten ‘el pequeño rebaño’, ya sea por el reducido número de hermanos y hermanas, sea porque están inmersos en sociedades compuestas por una larga mayoría de creyentes de otras religiones, sea por las circunstancias presentes en algunas naciones a las cuales pertenecen y viven en grade desazón y dificultades”, inicia el mensaje del Pontífice.
El Santo Padre reconoce que muchas de estas situaciones graves y conflictivas que deben soportar las minorías cristianas en el Oriente Medio “suscitan naturalmente recriminación y rabia y predisponen los ánimos a propuestas de reacción y de venganza”.
“Sabemos”, señala sin embargo, “que éstos no son sentimientos cristianos; rendirse interiormente a ellos nos hace duros y hastiados, muy lejanos de aquella ‘mansedumbre y humildad’ de la que Cristo Jesús se nos ha propuesto como modelo”.
Benedicto XVI señala luego que la historia demuestra que tratar de definir quién ha sufrido más no sirve para solucionar conflictos y que es más bien “el dialogo paciente y humilde, hecho de escucha recíproca y extendido a la compasión de la situación del otro ha traído muchos frutos en otros países precedentemente devastados por la violencia y las venganzas”.
Tras recordar que fue en esa región donde se presentó la Estrella que anunció al Salvador, y donde nació Dios hecho hombre, el Papa se dirige “a ustedes, queridos hermanos y hermanas, herederos de tales tradiciones” para expresarles “con afecto mi cercanía personal en la situación de inseguridad humana, de sufrimiento diario, de temor y de esperanza que estáis viviendo”.