ALEXANDRIA,
El Obispo de Arlington, Mons. Paul Loverde, inició una cruzada contra la pornografía y exhortó a los ciudadanos y servidores públicos a trabajar por una legislación que respete la dignidad de toda persona humana.
En una extensa carta titulada "Comprado a un precio: pornografía, un ataque al templo vivo de Dios", Mons. Loverde afirma que este flagelo es una "plaga que asola el alma de hombres, mujeres y niños", arruina matrimonios y familias, "cobrando a sus víctimas entre los mas inocentes entre nosotros" y "destruye la capacidad de la persona de ver al otro como expresión única y bella de la creación de Dios".
"Tal vez lo peor, sin embargo, sea el daño que la pornografía hace a la estructura que tiene una persona para lo sobrenatural", escribe el Prelado. "Nuestra visión natural de este mundo es el modelo para nuestra visión sobrenatural del próximo".
Mientras que la cultura estadounidense ve la pornografía como una "simple debilidad privada o inclusive como un placer legítimo protegido por la ley", la Iglesia enseña que es una grave ofensa, señala enfáticamente. La libertad de expresión "no es un derecho absoluto", dijo, y siempre debe "estar al servicio del bien común".
Mons. Loverde destacó que la pornografía se ha convertido en un "entretenimiento normal" para las masas, accesible a través de Internet, cable, satélite y las emisoras de televisión locales y destacó que ahora se puede acceder a ella por el teléfono celular y a través de juegos portátiles para niños y adolescentes.
El Obispo enfrentó los argumentos en defensa de la pornografía, que niegan a sus víctimas o hasta la promueven como algo "terapéutico", asimismo desmintió que la oposición cristiana a la pornografía provenga de un supuesto "odio cristiano al cuerpo".