ESTAMBUL,
El Papa Benedicto XVI terminó su histórico viaje pastoral a Turquía con una Misa en la Catedral del Espíritu Santo de Estambul, en la que recordó que la Iglesia no busca poderes o bienes, y solo pide libertad para cumplir su misión de anunciar a Cristo.
El Papa destacó que la Iglesia “ha recibido la tarea de anunciar su Evangelio hasta los confines de la tierra, es decir, de transmitir a los hombres y mujeres de este tiempo una Buena Nueva que no solo ilumina sino que cambia su vida, hasta vencer la muerte. ¡Esta Buena Nueva no es solo una Palabra, sino una Persona, Cristo mismo, resucitado, vivo!".
En este sentido, precisó que “la misión de la Iglesia no consiste en defender unos poderes, ni en obtener riquezas; su misión es ofrecer a Cristo, hacer partícipes a las personas de la vida de Cristo, el bien más precioso del ser humano que Dios mismo nos da en su Hijo”.
Por eso, indicó que “la Iglesia no quiere imponer nada a nadie y pide simplemente poder vivir libremente para revelar a Aquel que no puede esconder, a Jesucristo. Acoged siempre al Espíritu de Cristo, y por tanto, estad atentos a los que tienen sed de justicia, de paz, de dignidad y de consideración para ellos mismos y para sus hermanos”.
En la homilía, Benedicto XVI recordó con San Pablo que "el Espíritu es la fuente permanente de nuestra fe y de nuestra unidad. Suscita en nosotros el verdadero conocimiento de Jesús y pone en nuestros labios las palabras de la fe para que podamos reconocer al Señor".
"Manifestar el Espíritu, vivir según el Espíritu -continuó-, no significa vivir solo para sí, sino aprender a conformarse constantemente con el mismo Jesucristo, llegando a ser, como El, servidores de los hermanos y hermanas. Se trata de una enseñanza muy concreta para cada uno de nosotros".