MADRID,
Los obispos advirtieron hoy, a través de su "Instrucción pastoral. Orientaciones morales ante la situación actual de España" que "no todos los programas políticos son compatibles con la fe", a lo largo de los 80 puntos y 38 folios que la componen.
En el documento, los prelados orientan moralmente a los católicos y a "todos los que quieran" escucharles, sobre temas tales como el terrorismo, los nacionalismos, el laicismo, el mal llamado "matrimonio" homosexual, la violencia contra la mujer y la inmigración.
Los miembros de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que consensuaron el texto la semana pasada en Asamblea Plenaria, reconocen que la Iglesia como comunidad "no tiene competencias ni atribuciones políticas" y que su fin es "esencialmente religioso y moral". Además, explican que su misión ante las cuestiones de orden político consiste "en exhortar a la renovación moral y a una profunda solidaridad para que se aseguren las condiciones para la reconciliación y la superación de las divisiones y los enfrentamientos".
Con respecto a la unidad de España, reconocen "la legitimidad de las posiciones nacionalistas que, sin violencia y por métodos democráticos, pretenden modificar la unidad de España". Sin embargo, se preguntan "qué razones actuales hay que justifiquen la ruptura de los vínculos de las relaciones familiares, profesionales, intelectuales, económicas, religiosas y políticas que ha producido esta coexistencia cultural y política". Por ello, "ven justo" que "todos los afectados pudieran opinar y expresarse" sobre esta cuestión.
Sobre el mal llamado "matrimonio" homosexual, los prelados aseguran que "resulta doloroso comprobar cómo se ha eliminado de la legislación civil una institución tan importante en la vida de las personas y de la sociedad como es el verdadero matrimonio". Consideran que esta normativa "es una grave desobediencia a los designios divinos, una contradicción con la naturaleza del ser humano y, por consiguiente, un gravísimo daño para el bien de la personas y de la sociedad entera".
También critican el avance del laicismo, que confunde "la condición de aconfesionalidad del Estado con la desvinculación moral y la exención de obligaciones morales objetivas para los dirigentes políticos". Al respecto, recuerdan que "si los parlamentarios y, en concreto, los dirigentes de un grupo político, que está en el poder, pueden legislar según su criterio sin someterse a ningún principio moral, la sociedad entera queda a merced de las opiniones y deseos de una o de pocas personas que se arrogan unos poderes cuasi absolutos", lo que para los obispos, supone "la antesala del totalitarismo".