LONDRES,
British Airways (BA), que despidió a una de sus trabajadoras por negarse a dejar de usar un crucifijo sobre el uniforme y cuyo caso obligó a la aerolínea a revisar su política al respecto, concedió a la mencionada trabajadora y los demás empleados que lo deseen, la posibilidad de portar sobre la solapa del uniforme un pequeño crucifijo.
Luego de una serie de protestas contra la medida inicial, BA decidió revisar su política de uniformes "con el objetivo de permitir a los trabajadores usar símbolos religiosos abiertamente y siguiendo las normas de la compañía", explicaron directivos de la aerolínea.
El anuncio, realizado por el Director General de la empresa, Willie Walsh, fue emitido 24 horas después que el Arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, declarase que la iglesia anglicana en Inglaterra suspendería su inversión de 10,25 millones de libras esterlinas (unos 14 millones y medio de euros) en acciones de BA.
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