ANKARA,
Con la intención de encontrarse con la minoritaria feligresía católica, alentar el esfuerzo ecuménico con la iglesia ortodoxa y reforzar el diálogo interreligioso especialmente con el mundo islámico, el Papa Benedicto XVI arribó hoy a Ankara donde sostuvo encuentros con diversas autoridades gubernamentales y visitó el mausoleo de Ataturk, fundador y primer presidente de la Turquía moderna.
Tras su arribo al aeropuerto Esemboga de la capital turca a las 13:00 (hora local), el Santo Padre fue recibido al pie de las escalerillas del avión por el Primer Ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, además del Presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Turquía, Mons. Ruggero Franceschini, y el Secretario de la Nunciatura Apostólica, Mons. Christophe-Zakhia El-Kassis.
Inmediatamente después de su llegada, el Pontífice se reunió a puertas cerradas en una sala del aeropuerto con el premier turco quien, según la prensa local, expresó al Papa su “felicidad” de saludarle en suelo turco y señaló que esta visita “coincide con un período particular, porque el mundo atraviesa una fase de controversias entre las civilizaciones”. Erdogan se refirió asimismo a la próxima presentación en la sede de la ONU en el próximo mes de la Alianza de Civilizaciones.
El Primer Ministro recordó que estaba a punto de dirigirse a Riga, Letonia, para asistir a la cumbre de la OTAN.
Posteriormente, Benedicto XVI se dirigió en un automóvil blindado al Mausoleo de Ataturk, que custodia los restos de Mustafá Kemal Ataturk, considerado el Padre de Turquía, fundador y primer Presidente de la República turca.
En el recinto, el Papa colocó una corona de flores cerca del féretro y se dirigió seguidamente a la sala del “Tower National Pact”, donde firmó el Libro de Oro y escribió la siguiente frase en recuerdo de la visita: “En esta tierra, punto de encuentro de diferentes religiones y culturas, y puente entre Asia y Europa, con alegría hago mías las palabras del fundador de la República Turca: ‘Paz en la Patria, Paz en el Mundo’”.