MÉXICO D.F.,
El Presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), Mons. José Guadalupe Martín Rábago, expresó que con la realización de la 82º Asamblea Plenaria, "culminan los trabajos de un trienio en que nos propusimos la prometedora tarea de revisar y actualizar las estructuras internas de nuestra Conferencia".
"Gracias a la acción bondadosa del Padre de quien procede todo don perfecto, hemos ido recorriendo un camino que hoy nos permite iniciar un trabajo más articulado, más acorde a lo que nos corresponde desde una eficiente colegialidad episcopal y más ágil para responder a los retos que hoy nos plantean las exigentes circunstancias que nos toca vivir", expresó el Prelado durante la Misa de apertura celebrada en la Basílica de Guadalupe.
Asimismo, el Presidente de la CEM aprovechó para elevar una acción de gracias por la reciente canonización de Mons. Rafael Guizar y Valencia, primer obispo santo nacido en América y ahora Patrono del Episcopado mexicano. "Ahora lo tenemos como Patrono Santo; que su ejemplo sea un llamado fortificante en nuestro caminar de pastores", manifestó.
Cómo debe ser un obispo
En ese sentido, y remitiéndose a la carta del apóstol San Pablo a Tito, Mons. Martín Rábago recordó que quien es llamado a ejercer el ministerio episcopal debe ser una persona irreprochable, con "una digna reputación que lo ponga al cobijo de críticas infundadas tanto de fieles, como de paganos, porque él es Administrador de Dios".