VATICANO,
En la presentación del mensaje del Papa Benedicto XVI con motivo de la 93º Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, las autoridades vaticanas pidieron a los gobiernos defender los derechos de los emigrantes, refugiados y sus familias.
El Cardenal Renato Martino y el Arzobispo Agostino Marchetto, respectivamente Presidente y Secretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, presentaron el documento esta mañana. La Jornada Mundial se celebrará el 14 enero de 2007 sobre el tema: "La familia emigrante".
El Purpurado explicó que junto a los que emigran con documentos en regla, "son cada vez más aquellos que huyen de su patria en busca de un futuro mejor en los países desarrollados".
"A menudo, el viaje se transforma en una trampa mortal" y muchos acaban envueltos en la "corrupción, la criminalidad o la prostitución". En este contexto, recordó la invitación del Santo Padre a ratificar "los instrumentos legales internacionales para defender los derechos de los emigrantes, de los refugiados y de sus familias".
El Cardenal Martino también afirmó que "en las sociedades en las que la inmigración es notable, el papel de la célula familiar cede el paso al individuo en su capacidad productiva o de éxito". Además, dijo, "la lengua, que es vehículo de comunicación, se convierte en una barrera divisoria entre la primera y las sucesivas generaciones dentro de la misma familia. De este modo se acentúa el aislamiento de los miembros del núcleo familiar, que a veces supera los límites de la soledad y la marginación".
"El aislamiento resulta más acentuado –continuó– entre las mujeres, encerradas entre los muros domésticos, con pocas posibilidades de relaciones externas, cuando no acaban siendo, incluso, víctimas del tráfico de seres humanos y de la prostitución".